lunes, 4 de marzo de 2013

ZAS, ZAS

Majestad:

Me atrevo a escribirle hoy en tono más campechano pues sigue siendo Rey pero, debido a su operación, no es temporalmente el Jefe de Estado, función delegada en el Principe. Somos viejos, igualmente viejos, lo que ocurre es que Vos por ser quien sois se os llama Carroza, inclusive con escolta de alabarderos. Y más: la operación de espalda ha llegado en un momento político que conviene a la Corona S.M. coje una baja por recuperación, no se habla más de Abdicación y el Principe que empiece a trabajar. Que llame a despachar a los Políticos a reuniones continuas y continuadas, con estrecho seguimiento al cumplimiento de lo pactado. Lo que se promente se estudia y lo que se estudia se aprueba. Lo hará bien sin necesidad de viajes a Arabia Saudí ni a Bostwana, la solución es mucho más sencilla: Un ERE en la clase política, cárceles más cómodas y amplias para que los Empresarios no esten apelotonados pero sí acojonados al ver la actividad febril de Jueces y Fiscales, se  acabó la posibilidad de eludir la condena preventiva mediante fianzas y a  poner a los campos y fábricas  en producción, le guste o no a la Merkell. Se acabaron las subvenciones a aristócratas  de medio pelo por mantener sus campos baldíos. A trabajar. A producir o se quedan sin cortijos ni castillos.
Aquí el que lo tiene jodido es S.M. Cada quince días al médico de familia para conseguir la prórroga a su baja y no os habéis quedado corto en la duración, ¡seis meses!  A lo mejor lo consigue...

Pero S.M. tiene un problema muy gordo. De entrada reclamar protección las venticuatro horas del día. Me explico con una sola palabra: CORINA o INGRID como prefiráis. ¿A qué venía esa exhibición pública con  pulsera y reloj incluidos? Ya han salido joyeros famosos diciendo su precio y la Reina, siempre SEÑORA, los ha oído con serena elegancia, la misma serenidad con la que se  ha apuntado a un curso de Jardinería Intensiva y por los jardines de Palacio anda, con grandes y afiladas tijeras de podar, esperando poder cortar el Capullo más hermoso. Vigile, Majestad, vigile... No olvide que la Reina es griega... Puede acercarse la tragedia...

Día y noche... Venticuatro horas.

Que se acerca el ¡ZAS, ZAS!


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