Sr. Ministro de Defensa.
Me dirijo a usted en mi calidad de Comandante en Jefe del Batallón de ARTROSICOS REUNIDOS con base en la Residencia de Ancianos nº1.
Los dos sabemos, que actualmente, todo lo que suene a anciano hace que se enciendan luces de peligro en el panel de sus preocupaciones, y es que realmente somos un peligro, sobre todo por que desconocen nuestro ideario y hasta donde somos capaces de luchar. Ministro: hasta la muerte!
Han intentado inútilmente que para cuidar nuestros zapatos anduviésemos de rodillas y no lo han conseguido. Todo lo contrario, seguimos de pié y exigiendo escaleras para subir a la cruz y quitar espinas AL QUE ESTA EN EL MADERO. Pero usted es soberbio, lo conozco, y solamente nos analiza como gasto presupuestario, y le gustaría conseguir la Medalla al Mérito que siempre se apoyaría en Nuestra Medalla al Sufrimiento. No nos haga mostrar nuestra Medallas al Valor.
Ministro, si España aún existe se debe a que los ancianos de hoy trabajamos ayer de sol a sol para cimentarla. Olvídese de recortes en pensiones, y otros derechos tan duramente conseguidos, por estos viejos que no quieren ser cargas si no vigas de apoyo. Y cesen ya en su guerra psicológica del porcentaje que suponemos sobre el PIB. El continuo martilleo me recuerda la batalla de El Álamo y al General Mexicano Santana que para aterrorizar a los defensores, mandó que las cornetas tocaran sin descanso “A DEGUELLO”, advirtiendo a sus defensores que los pasarían a cuchillo. Todos murieron, y aún hoy, los norteamericanos, en momentos cruciales, gritan ¡Recordad El Álamo! Nosotros no queremos convertirnos en Héroes pero mucho menos en Mártires. Páguenos lo que en Justicia hemos ganado.
Seguimos erguidos, y no conseguimos doblar las rodillas por valor…y por dolor.
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