AYER MURIÓ UN VIEJO
Ayer
murió un viejo. Solo, olvidado, con el frío como compañero. Ya sé que no es
noticia, porque ese día morirían otros
muchos pero no como éste. Vivía, o mejor dicho, moría poco a poco. Ayer la
encargada de su cuidado se olvidó de recogerlo en el jardín de la residencia. Hasta
la mañana siguiente no se dieron cuenta del olvido cuando fueron a buscarlo
allí estaba, donde lo habían dejado para que tomase el sol.
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