A vosotros me dirijo. Ampliado queda “No es país para jóvenes indignados”.
Indignarse es mucho más fácil que contenerse. La indignación termina explotando y llevándose por delante formas, principios y objetivos. Os estáis arrogando una representatividad que no os corresponde. Dejad que la indignación la expresen vuestros padres que estarían cargados de razón pero vosotros sois vírgenes al desencanto, la frustración o a los sueños truncados…Y subiros los pantalones, ya está bien de medios culos al aire, como forma subliminal de protesta. Vuestros padres y abuelos lo llevaban en su sitio por que habían tenido que, durante años, bajárselos hasta los tobillos.
Aclarad vuestra ideas y no las unáis a las de un nonagenario francés del que no habíais oído hablar en vuestra vida y que seguro reclama justicia y cambios que ni él ni los suyos consiguieron.
Dejad amarguras y discursos manidos por que sin daros cuenta, (o sí) estáis trabajando para el SISTEMA. ¿Queréis denunciarlo y llamar la atención? No hagáis manifestaciones. Al contrario, dejad las calles vacías. Quedaros en vuestras casas, todos todos. Dejad sin trabajo a los semáforos, aunque os resulte duro ese enclaustramiento. Que las fotos de los periódicos sean de calles y plazas vacias, desoladas. Seréis NOTICIA. Veréis como los políticos, los que están ejerciendo y los que quieren UTILIZAROS para ejercer, comienzan a respetaros.
No contribuyáis al desorden urbano, no deis trabajo a “antidisturbios indignados”. Ni a comentarios de alcaldesas con mayordomo. Seréis personas. Y no cuadrícula en una foto panorámica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario