lunes, 31 de julio de 2017

SANS CRAVATES



Es lo que pretenden los nuevos modelos reformistas en su intento por hacernos creer que todos somos iguales, pero con corbata solo están los verdaderos malos. La corbata existe desde hace muchos años, lo que ocurre es que ha evolucionado desde el floripondio francés a la dura y cruel soga de esparto, que nos llegó desde Estados Unidos. Así vimos a Gary Cooper en “El Árbol Del Ahorcado” ejerciendo de médico para una María Schell ciega que vive junto a buscadores de oro, mientras encuentra a quien la saque de ese martirio. Al final Gary lo arregla todo pero está a punto de morir ahorcado. Ésta era la película que veíamos en los años 60 y salíamos más confortados que viendo a Pablo Iglesias en la tribuna de oradores sin corbata, sin respeto y sin conocimiento.
Hasta hoy teníamos una excusa: “Se me pusieron los huevos de corbata”. Finalmente ni tenemos huevos, ni corbatas y ni Gary Cooper nos va a salvar del dominio de esta plaga de indocumentados que ya han conseguido un asiento en la bancada del Consistorio. Ahora solo falta que aceptemos a Cataluña independiente sin que los catalanes sepan exactamente qué significa independencia.
Me queda muy poco para encontrarme con mi padre, momento que no nos corre prisa a ninguno de los dos, pero el tiempo pasa y no solamente hace viejo al coñac, sino también a hombres y mujeres. Mientras tanto aprovecho la amabilidad de mi nieto para escribir estas letras que me hacen más amable y me unen más a él.
Y si Gary Cooper no arregla la situación, en el próximo escrito pienso unirlo a Glenn Ford, Paul Newman y mi compañero Mukoki, que será testigo de mi pelea a muerte con el oso blanco que me espera en Alaska.

2 comentarios:

  1. Magnífico. Un placer volver a leer sus artículos. Un abrazo desde La Gomera. Fernando Ordóñez.

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