-Bueno, aquí estamos reunidos un año más. Gracias por recibirnos, Juan Carlos.
-Por favor, Gaspar, no olvides que somos colegas y además este año tenía un interés especial en hablar con vosotros, no corren buenos años para nosotros los Reyes, y quizás podíais darme algún consejo que me ayude a cimentar la Monarquía en este país. He comenzado una campaña de acercamiento con mi pueblo mediante apariciones en televisión que nos unan, hablando coloquialmente y de manera llana con los españoles.
-A buenas horas mangas verdes, -saltó Baltasar- los reyes de Occidente sois estirados y en todas vuestra apariciones de cartón piedra. Sin ir más lejos tu última intervención parecía diseñada por tu peor enemigo, ¿a quién se le ocurre llamar como entrevistador a un periodista que en lugar de preguntas cortas se pierde escuchandose a él mismo y consiguiendo que tus respuestas sean telegráficas por comparación? Si a eso añadimos que te pasastes con el botox, que borraba tus facciones, tendremos un cuadro de actores aficionados, mal maquillados y con un libreto de pena.
-Tampoco hay que pasarse Baltasar, -recinconvino Melchor- es difícil ser natural cuando se llevan muchos años sin serlo. Los Reyes deben formar un uno con el pueblo y tú, Juan Carlos, no lo has sido. Los españoles saben más de tí por las revistas de cotilleos que por conversaciones con algunos allegados que transmitan tu día a día. Y tú, querido colega, intentando ocultarlas las has hecho más públicas. No te voy a infravalorar el daño que con tus amistades peligrosas, banqueros, financieros, elefantes y caídas continuas has hecho a los que trabajamos en esto.
-Hombre si a consecuencia de tus últimas caídas te han puesto dos caderas nuevas de metales preciosos, -volvió a intervenir Baltasar- tu pueblo dice que entre cadera y cadera tienes un tesoro como demostraste con los planos cortos de tu intervención Navideña...
-Baltasar eso es un "remake" de los chistes del Teatro Chino de Manolita Cheng y se refería a las vedettes del espectaculo.
-Vale Gaspar. Tomo nota.
-Querido Juan Carlos, si quieres continuar al frente de la Monarquía y esta como forma de Gobierno tienes que hacer como nosotros, ¡¡crear ilusión en tu pueblo y que los niños reclamen a sus padres tu presencia día tras día!! ¡¡El cariño de los pequeños te haran eterno !!
Tenemos que marcharnos, queda mucho trabajo esta noche y ponte como tarea aprender el nombre del último juguete que salga al mercado. Que no podemos fallar. ¡Hasta el próximo año!
-Adiós compañeros. Me he equivocado. No volverá a pasar.
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