No tengo miedo a la muerte si no a la manera de decir ¡adiós!, o ¡si te he visto no me acuerdo! o ¡hasta luego, Lucas!… Buen humor hasta el final…
¡Banzai! ¡Morir con honor!…y SI tengo miedo a pasar la última página de mi vida siendo un “viejo cagado y meado”.
Hace muchos tiempo leí los “Panzers de la muerte,” de Sven Hassle, las vicisitudes de un grupo de soldados alemanes que narraban su día a día guerrero y descorazonador. Aún recuerdo sus nombres: Sven, Porta, Hermanito, El Viejo y El Legionario. De todos, este último era el que más me impresionaba. Llegado el combate saltaba la trinchera y con valor suicida gritaba: ¡Ven muerte ven!… Porque, al igual que yo, no quería morir siendo un trozo de carne en el fétido rincón de los cuidados paliativos.
Hace un año, aproximadamente, hice un obligado un tour por distintos Departamento de Hospital. El cardiólogo se molestó al preguntarle yo si no me hacía una prueba elemental a cualquier infartado.
-No la considero necesaria.
Y copió el tratamiento que mi especialista privado me había mandado. En resumen, ni puto caso. Del neurólogo salí más satisfecho.
-Buen control de los esfínteres. Mal carácter, IRRITABLE.
-¿Irritable por qué, Mukoki?¿Aún no has aprendido que al Hospital hay que ir calladito?
-Pregunté la importancia del bajo número de plaqueta.
-Ese fue el pecado.
Porque a continuación tenía hora con el Psiquiatra que aprovechó el diagnóstico de “Irritable” para preguntarme el por qué de esa irritabilidad. Y quise explicarle que mi cultura era la culpable, que gustaban las explicaciones…
-Pues menos cultura y más ver el “NO&DO”, como en los tiempos franquistas.
… Yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosnas de alivio a mi quebranto, todo es mentira hoy está solo mi corazón… y es cruel este silencio que me hace tanto mal… Tango, tango hoy preciso de tu ayuda para calmar mi dolor…
-¿Qué hacer, Viejo Sabio, ante esta perspectiva?
-No te preocupes, querido Mukoki. Llegado el momento te dirigirás a uno de los más bellos bosques que hay sobre la Tierra, donde un oso blanco te esperará para tu lucha de gloria, camino hacia tu estrella.
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